jueves, 28 de octubre de 2010

Requiescat In Pace

Y este título de mal augurio, ¿a que viene?, te preguntarás, querido lector. Habrás observado que el blog ha estado inactivo unos días. Esto ha sido debido a la pérdida de una persona muy importante para mí. Una de esas personas que siempre han estado ahí, y que nunca pensaste que se irían, y sin embaro, se van. Mi abuelo. La persona que más he respetado en este mundo. Y ahora ya no está. No pude despedirme de él con un "Adiós" o un "No te olvidaré", al igual que el resto de los que lo queríamos, así que quiero dejar esto en la gran Internet, como tributo a su memoria, y a su persona. Se que no tiene nada que ver con la temática del blog, pero es mi blog y hago lo que me dá la gana con él. También quisiera dejar aquí lo que mi hermano Pablo, estudiante de 1º de Bachiller de CCSS y Humanidades, escribió para leer en esa farsa llamada "misa". Creo que nada plasma mejor lo que todos sus seres queridos sentíamos (y sentimos) por el abuelo.

Y es que es ahora cuando la repetitiva frase “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde” viene tantas veces y con tanta fuerza a mi mente… es ahora cuando ya no sirve nada de lo que hayas hecho o dicho… no importa, porque todo se acaba.
Es ahora cuando vuelvo a recordar una vez más en mi corta vida lo angustioso de perder alguien querido… cuando te maldices una y otra vez por el hecho de no decir “adios”, de no decir “te quiero”, por no abrazar aquello que tan amargamente te ha sido arrebatado… es ahora cuando NO me salen las lágrimas, es ahora cuando por más que lo intente, por primera vez en mi vida tengo demasiadas cosas en mi mente para expresar, y ninguna de ellas es capaz de salir con claridad de mis manos o mi boca…
Es ahora cuando el ateo se traga sus palabras, ahora solo deseo que Dios, o quien sea que nos dirige sepa dar descanso a aquel que indirectamente me dio la vida…
Es ahora cuando miro hacia arriba buscándote, es ahora cuando se que por más que te busque no te encontraré…es ahora cuando hasta respirar me duele… es ahora cuando mis manos tiemblan y mi corazón se sale de su órbita…
Nada sirve ya, nada importa…ahora ya no estás y solo queda el hecho de que estabas y ya no…
No sé que decir… me encuentro bloqueado… mi angustia es infinita…no lo sé…
Solo sé que nunca supe hasta hoy lo mucho que te quise... solo se lo frívolo del sistema humano, lo olvidadizo de todo esto, de la comodidad preestablecida en ese tipo de cosas que comprendes por tan básicas, tan fijas e inamovibles, que no concibes la posibilidad de que un día no estén…
Y es que ese es ciclo de la vida, unos vienen, otros van, y el resto se limitan a contemplar el lento e irrevocable suceder de los acontecimientos.
Mas allí donde estés, sea cual sea el camino que hayas tomado, solo deseo que te sientas orgulloso de aquellos que te amamos, de quienes te echamos de menos, de esos que nunca jamás te van a olvidar.
Realmente, si me preguntasen no sabría dar un motivo real por el cual he escrito todo esto, porque realmente no recuerdo nada de lo que ha pasado en estos días…
Un hombre de principios, una persona de quien, aunque siempre conocí ya mayor, se veía de lejos su determinación, su fortaleza, su obstinación…y, en cierto modo, quizás fue eso lo que hizo que jamás se cruzase por mi mente ni por casualidad el hecho de que algún día ya no estuviera aquí…
Porque qué curioso es el hombre, que no pide nacer, no sabe vivir, y sin embargo, no quiere morir… porque siempre he escuchado, desde bien pequeño que tras una cosa mala siempre hay algo positivo…
Porque felicidad no es más que despertar, ver que todo sale al revés de como lo habías planeado y aun así encontrar motivos para seguir adelante… porque no nos quedas tú, pero nos queda tu recuerdo, nos queda tu fuerza, nos queda la COMPLETA seguridad de tu protección, nos quedan tus consejos…
A mí, personalmente, me quedan tus “tú dedícate a los libros, para ser hombre de bien, y que trabajes en lo que te gusta”, me quedan tus peculiares abrazos en los que únicamente me cogías la mano y me la apretabas…me quedan, como al resto de tus nietos, aquellas inolvidables tardes en que nos llevabas por ahí, por los pinos…en que “vamos a los pinos abuelo”…
Ante todo me queda la certeza de que mereces la total y completa admiración de todos y cada uno de los presentes, y de que nunca nunca jamás te voy a olvidar.
Ya no se que más decir porque no me salen las palabras… solo se me ocurre una cosa…
Descansa en paz, abuelo.

A mi no se me da bien escribir, ni expresarme, así que no diré mas que una cosa.
No te olvidaré abuelo, algún día intentaré parecerme a tí, y hacerte sentir orgulloso.